Amor por la música

Con los dos conciertos que abrieron la Temporada de Abono y el Ciclo Sinfónico de la de la Sociedad Filarmónica de Lima, la organización musical más antigua del Perú propuso a su público explorar las diversas formas y estilos musicales del barroco y el período romántico, a través de artistas y conjuntos especializados en sus repertorios.

El barroco más allá de Bach
El primer concierto, realizado el 22 de abril en el Auditorio Santa Úrsula, presentó a Il Gardellino, de Bélgica, una de las agrupación referenciales en la interpretación de la música del período barroco, aunque en los últimos años también ha ingresado en el terreno contemporáneo, el jazz y hasta la denominada música del mundo. El programa fue un recorrido, casi en orden cronológico (entre 1716 y 1768 aproximadamente), a través del barroco con obras de destacados compositores como Georg Philip Telemann (contemporáneo a Bach y Händel, quienes apreciaban los trabajos del mencionado autor), Antonio Vivaldi, Alessandro Marcello, Johann Friedrich Fasch, Carl Philip Emanuel Bach y Joseph Christoph Friedrich Bach, estos últimos, hijos del gran compositor barroco. Lo interesante aquí es que, a excepción de Vivaldi y quizá Telemann, este concierto expuso ante la audiencia trabajos de compositores del mismo período que no se presentan ocasionalmente en nuestro país.

El repertorio de este programa permitió el lucimiento de tres solistas destacados de Il Gardellino: Marcel Ponseele, oboísta y director especializado en música de cámara y oboe barroco; Jan de Winne, flautista y, junto con Ponseele, director de esta agrupación belga; y la chelista Elinor Frey, invitada por el conjunto para la gira sudamericana. Esta última solista destacó particularmente gracias a la expresividad en su interpretación del Concierto para chelo en si menor RV 424 de Antonio Vivaldi. El ensamble de cuerdas (incluida Frey) también tuvo su momento a solas con el público con la Sinfonía en re menor para cuerdas y bajo continuo de Joseph Christoph Friedrich Bach. Con todos nuevamente sobre el escenario, el primer programa cerró con el Concierto en si menor para flauta, oboe, cuerdas y bajo continuo de Johann Friedrich Fasch; vale mencionar en esta parte el exquisito sonido del conjunto especialmente en el segundo movimiento (largo), en el que destacó no solo la flauta y oboe, sino también el gran acompañamiento de Sungyun Cho en el clavicémbalo. El público premió estas interpretaciones con aplausos que motivaron a Il Gardellino a regalar una propina latinoamericana: Oblivion de Astor Piazzolla, demostrando la versatilidad de la que se habló en el párrafo anterior.

Siberian Symphony Orchestra y Vladimir Lande (Fotografía: Miguel Carrillo)
Siberian Symphony Orchestra y Vladimir Lande (Fotografía: Miguel Carrillo)

Poderío ruso
La Siberian State Symphony Orchestra (Orquesta Sinfónica Estatal de Siberia, en adelante SSSO) se presentó en el Gran Teatro Nacional el sábado 30 de abril junto al maestro Vladimir Lande y al pianista Andrei Gavrilov. El repertorio de este concierto llevó al público a disfrutar del nacionalismo, romanticismo y alma rusa con obras de Mikhail Glinka, Sergei Rachmaninov y Piotr I. Tchaikovsky.

Lande volvió a Lima esta temporada después de tres años. En abril de 2013 interpretó la Sinfonía Nº 5 de Shostakovich junto a la Orquesta Sinfónica Nacional de Lituania, también invitados por la Sociedad Filarmónica. Su regreso ha sido triunfal gracias a un programa que fue un disfrute de principio a fin. La SSSO de la cual Lande es director principal y director artístico demostró cohesión y una gran calidad de sonido desde las primeras notas de la Obertura de Ruslán y Liudmila de Glinka, una ópera que recoge muchos elementos del folclore ruso y cuya introducción siempre atrae al espectador por su vivacidad y espectacularidad. A su turno, Andrei Gavrilov presentó el Concierto para Piano Nº 2 de Sergei Rachmaninov en una electrizante interpretación que rompió protocolos, arrancando aplausos del público al final del primer movimiento. A continuación, en el segundo movimiento, el solista nos ofreció virtuosismo, lirismo y mucha expresividad, mientras que Lande logró controlar muy bien los sonidos de su orquesta. Uno de los momentos más bellos de esta parte fue hacia el final, desde la última aparición del tema inicial del Adagio Sostenuto. Finalmente, Gavrilov ofreció una ejecución majestuosa del Allegro Scherzando con sus constantes y complicados cambios de tiempo, muy bien ensamblado a la SSSO cuyo acompañamiento fue extraordinario. Las ovaciones fueron inmediatas y Gavrilov regaló dos propinas: el Nocturno en do sostenido menor de Fryderyk Chopin y Sugestión Diabólica, última parte de las Cuatro Piezas para Piano compuestas por Sergey Prokofiev.

En la segunda parte del concierto se presentó la Sinfonía Nº 5 de Tchaikovsky, compuesta y estrenada en 1888. Esta obra inicialmente no convenció a los críticos, aunque las reacciones fueron variadas y eventualmente favorables en los diversos estrenos europeos y estadounidenses a finales del siglo XIX, tal como registran los archivos de prensa y correspondencia del compositor. La interpretación de Lande y la Siberian Symphony State Orchestra en esta sinfonía fue emocionante. A destacar, sobre todo, el gran trabajo de la sección de vientos de madera y metal desde el sombrío inicio de la obra. El momento cumbre de esta parte del programa llegó, en nuestra opinión, en el segundo movimiento (Andante cantabile), con una SSSO conmovedora y muy expresiva, contrastando con el espíritu triunfal del último movimiento que también fue dirigido con maestría.

Al final de este concierto, Lande y la SSSO ofrecieron dos propinas: el Tango o Danza de Kozelkov y sus amigos, del ballet El Perno, y Una vuelta a través de Moscú, ambas de Dmitri Shostakovich.

De esta manera, la Sociedad Filarmónica inició una nueva temporada que promete más sorpresas y que, en palabras del propio presidente de esta organización, Salomón Lerner Febres, será inolvidable.

El Ciclo Sinfónico continuará este sábado 7 con Daniel Hope y la Basel Chamber Orchestra en un homenaje a Yehudi Menuhin.

Il Gardellino (Fotografía: Renzo Baglietto / SFL)

Una respuesta a “Amor por la música”

  1. Avatar de Luis Teobaldo Cárdenas Menacho
    Luis Teobaldo Cárdenas Menacho

    Me siento inmensamente satisfecho el poder gozar de esta etapa musical que Lima nos brinda a pesar de la mediocridad cultural que los medios se esfuerzan en mostrar. Felicito a la Sociedad Filarmónica de Lima y también a esta publicación que amplía apropiadamente con sus comentarios cada concierto programado. Gracias y saludos.

    Me gusta

Deja un comentario